lunes, agosto 28, 2006

FANTASMAS EN CAMPO DE HIELO SUR


Algunos viejos fantasmas del pasado -que muchos daban ya por muertos- vuelven a sobrevolar el meridional Campo de Hielo Sur, esos apetecibles hielos continentales de ígnotas fronteras entre Chile y Argentina cuya delimitación política estaba tan congelada como el agua dulce que lo compone, una de las mayores reservas del planeta.

Y es que poco -o nada- se ha hablado en los medios argentinos de lo desafortunado que resultó en Chile el conocimiento de un mapa de la provincia de Santa Cruz publicado en la web de la Secretaría de Turismo del gobierno de Kirchner, donde aparece expresamente delimitada la frontera entre las dos naciones sobre el vasto Campo de Hielo Sur según la pretensión argentina, violando el acuerdo suscrito entre los gobiernos de Carlos Menem y Eduardo Frei en 1998.

Según el acuerdo, el límite fronterizo que corre sobre esos hielos continentales, en el tramo entre el Monte Fitz-Roy y el cerro Daudet, no debería aparecer delimitada en ninguno de los mapas del área que se publiquen en los dos países. Por el contrario, sobre esa zona geográfica debería aparecer expresamente dibujado un rectángulo con la zona tachada y una nota que explicite que mediante tal pacto ambas repúblicas acuerdan la no existencia de frontera definida oficialmente y la formación de una comisión binacional que dirima el trazado definitivo. Así al menos lo ha hecho Chile en todos los mapas que circulan en el país y que deben contar con la aprobación de la Dirección de Fronteras y Límites del Estado, e, incluso, los mapas más detallados, como los que publica el Instituto Geográfico Militar (IGM).

La prensa fue como siempre la primera en dar a conocer el desconocimiento del tratado, al difundirse en un noticiario de televisión el cuestionado mapa de la Secretaría de Turismo. Tardó un poco, sin embargo, una pronunciación oficial del Gobierno chileno, siendo las primeras declaraciones las de la ministra de Defensa, Viviane Blanlot, quien calificó dicha carta geográfica sólo como un "error" cometido por el Gobierno argentino, sin atribuirle ninguna intencionalidad.

"Pensamos que en estos momentos eso puede ser un error y no queremos atribuirle, obviamente, ninguna intencionalidad", dijo la Ministra, al tiempo de agregar en el área de Defensa los dos países implementaron una serie de medidas de confianza mutua y que, por lo tanto, el error en el trazado limítrofe "no nos genera una preocupación mayor".

No obstante, la secretaria manifestó que será la Cancillería la cartera que se encargará de representar ante las autoridades argentinas este supuesto "error" cartográfico, calificación que no fue para nada compartida por el senador de la zona aludida, Antonio Horvath, (Renovación Nacional), quien calificó la reacción del Gobierno ante la publicación de esos mapas turísticos en Argentina como una equivocación en cuanto a la forma en que Chile hace valer el respeto a los tratados bilaterales.

El parlamentario preside la Comisión de Medio Ambiente del Senado, lo que sumado a su representación por la Undécima Región de Aysén con anterioridad ya lo había llevado a enfrentarse en duros términos con el ambientalista norteamericano Douglas Tompkins, quien ha comprado enromes extensiones de territorio en la zona austral con el objetivo de construir reservas naturales, impidiendo el normal desarrollo y conexión de esa región con el resto de Chile, practicamente cortando al país en dos.

Horvath afirmó que la postura chilena es débil y que resulta "grave agachar el moño (la cabeza) porque alimenta los apetitos del vecino país".

"(El Gobierno) Está equivocado. Lo grave es que Cancillería, y Defensa, se queda sólo con decir que es un error. Ellos, en una característica muy chilena, son muy legalistas", sostuvo el Senador.

Además, considera que la opinión que tiene del tema la directora de Fronteras y Límites del Ministerio de Relaciones Exteriores, María Teresa Infante, "me parece más grave todavía". Ello debido a que la personera reconoció que "en algunas oportunidades hemos constatado que hay límites que no son suficientemente consistentes con el acuerdo de 1998, porque contienen algunos errores", y aseguró que en esos casos se procede con una petición a través de notas diplomáticas para que se aplique correctamente la frontera.

Según el senador de RN, "con total falta de previsión" el Gobierno de Patricio Aylwin permitió en los noventa que se discutiera sobre el tema, pese a que un tribunal británico había dirimido que existía acuerdo entre ambos países para fijar la línea divisoria.

"Esa comisión mixta no se ha reunido nunca", se queja Horvath con repecto al tribunal que debían conformar Chile y Argentina para delimitar la línea fronteriza sobre los hielos continentales. Agregó que es necesario realizar un reclamo formal ante el gobierno de K para que se eliminen los mapas erróneos, se cumpla con el acuerdo de 1998 y se reúna la comisión. Y lo que a futuro puede llegar a generar más de una controversia entre los dos países, controversias ya anacrónicas en medio de las supuestas "alianzas estratégicas" es que, a juicio de Horvath, "si no pasa eso, (que Argentina se retracte -algo ciertamente inviable a la luz de la dilatada experiencia histórica en temas limítrofes entre ambas naciones- y reconozca la invalidez de las fronteras que aparecen en el mapa) entonces Chile debe publicar sus propios mapas con su pretensión de límite. Es legítimo", agregó.

"Hay que responder con la misma moneda: nosotros publicar nuestros propios mapas. Es legítimo", profundiza el senador, quien pese a creer que esto no perjudicará las relaciones con Argentina, advierte que este tipo de problemas son una "constante histórica".

"En Laguna del Desierto a Argentina le fue bien con la misma estrategia. También cambió mapas, hizo campaña y al final les resulta", dice el senador. No son pocos los que sostienen en Chile que históricamente la táctica argentina ha consistido en una política de "hechos consumados", dando por hecho líneas divisorias y ocupaciones de facto, para luego negociar argumentando supuestos derechos que le competen, contrastando con una postura abiertamente legalista basada en el derecho internacional y el respeto a los tratados del Gobierno chileno, basándose en que la contraparte opera de la misma forma.

Quizás debido esos temores que parecían ya extinguidos hace al menos dos décadas es que parlamentarios de oposición (no conociéndose aún la versión de la Concertación) manifestaran que cualquier alteración de la delimitación limítrofe con Chile no es un tema menor y que exige una reacción mayor a la de una mera nota diplomática.

Responder de la misma manera, aseguró Horvath, "no significará controversia de carácter bélico, ni de animosidad o que se rompan relaciones, para nada".

¿Volveremos los dos países a ciertos juegos patrioteros tan extremos por una cuestión de límites? Ciertamente que la política de alianzas estratégicas que se ha intentado llevar adelante permitiría dirimir de una forma mucho más cordial este tipo de cuestiones, que otrora mantuvieron a tropas de ambas partes -literalmente- mirándose a los ojos a un par de metros. Pero para que una alianza estratégica funcione como tal debe ser respetada por todas las partes que la conforman, porque en caso contrario la saliva y la tinta se habrán gastado inútilmente.

Y, por cierto, los inéditos roces entre ambos países que desde fines de los noventa aparecían como tan entrañables aliados, han puesto cierta cuota de incertidumbre y de poca fiabilidad -al menos en la opinión pública chilena- que tristemente podría acentuarse con acciones tan poco afortunadas, ayudando bastante poco al promisorio futuro que parece querer abrirse para ambos pueblos.

martes, agosto 22, 2006

CHILE Y PERU: ¿UN TLC POR LA CONFIANZA MUTUA?

Fue el mismo Alan García el que anunció la semana pasada que había cerrado las negociaciones para un Tratado de Libre Comercio con Chile, y que éste sería firmado el 22 de agosto en Lima. García auguró entonces las eternas moralinas y declaraciones de amor eterno que vienen resonando en ambos países desde su asunción al mando: una nueva etapa en esta relación históricamente llena de conflictos diplomáticos.

Según esas mismas declaraciones, ambas naciones aspiran a que sus relaciones caracterizadas por constantes desencuentros debido a las diferencias que sostiene Perú en la delimitación de su frontera marítima con su vecino sureño sean ahora más fluidas. Y fue así que en una señal de acercamiento, la presidenta Michelle Bachelet asistió en julio a la asunción de García y al tradicional desfile militar por el día de la independencia de ese país.

Acuerdo de Complementación Económica

El TLC pronto a firmarse se concretó gracias a la ampliación del Acuerdo de Complementación Económica (ACE), suscrito entre Chile y Perú en 1998, durante los respectivos gobiernos de Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Alberto Fujimori.

En ese ámbito, las inversiones chilenas en Perú han crecido bastante en los últimos años, y actualmente ascienden a unos cuatro mil millones de dólares, con participación chilena (siempre polémica en Perú, por cierto) en los sectores de transporte aéreo y en el de ventas minoristas, entre otros que en Perú tildan de demasiado "estratégicos" como para que estén en manos chilenas.

En cambio, Perú tiene apenas unos 50 millones de dólares de sus inversiones en Chile, según información proporcionada por la Cámara de Comercio Peruano-Chilena.

Las exportaciones peruanas hacia Chile, en tanto, alcanzaron el año pasado mil 128,59 millones de dólares, un 78 por ciento más que en 2004. Por contraparte, las importaciones peruanas desde Chile sumaron el año pasado 625,34 millones de dólares.

Esta evidente ventaja alcanzada por Chile en cuanto al comercio entre los dos países, basada en la gran potencia exportadora de Chile y del gran impulso a su economía que han significado la firma de numerosos TLC's con la Unión Europea, Estados Unidos, Corea del Sur y esta misma semana -junto a Perú- el más que esperado TLC con China (con el cual Chile se convierte en el primer país del mundo en suscribir oficialmente un acuerdo de este tipo con el gigante asiático), ha motivado que la ministra de Comercio Exterior de Perú, Mercedes Aráoz, señalara que en estas últimas negociaciones, Perú y Chile acordaron un tratamiento recíproco de las inversiones mutuas, algo que no estaba incluido en el ACE.

Satisfacción en La Moneda

Desde la firma en 1998 del Acuerdo de Complementación Económica que Chile ha estado efectivamente buscando la profundización del mecanismo, de tal forma que éste derive naturalmente en una TLC, no obstante los desencuentros diplomáticos, que para Chile ya son parte del folclore tradicional de las relaciones binacionales, ha postergado una y otra vez la concreción del Tratado con un mercado emergente, que para Chile representa un enorme caldo de cultivo de utilidades en las áreas descritas más arriba.

Junto a ello, el TLC representaría además una suerte de "llegada a buen puerto" de las tensionadas relaciones con Perú, sentando un precedente que luego se podría extender a otras áreas sensibles en la relación con su vecino del norte, como la política y la de Defensa. Por ello, ante el anuncio de la pronta puesta en marcha del acuerdo el vocero del Gobierno chileno, Ricardo Lagos Weber, calificó la firma como la muestra de un momento "súper auspicioso" en la relación binacional.

El Ministro Secretario General de Gobierno dijo que "la suscripción de ese TLC no sólo tiene ventajas económicas, sino que genera altas expectativas en la relación política bilateral". Lagos Weber indicó que "si vamos a poder concretar un acuerdo de libre comercio con Perú, que Chile ha venido buscando desde hace mucho tiempo, quiere decir que nos pone en un muy buen pie la relación con Perú y con la presidencia de Alan García".

El portavoz de La Moneda se mostró también muy optimista respecto de la promulgación del Tratado de Libre Comercio entre Chile y China, que debería producirse este mismo lunes, un día antes de la rúbrica con el gobierno de Lima. "Con este TLC se fijan reglas para desenvolverse en el mundo. Chile es un país 'chiquitito' y tiene que integrarse en un mundo que es rudo", planteó el vocero.

La desconfianza de siempre

No obstante lo esperanzador del discurso oficial en ambas partes, ya han surgido esas desconfianzas de siempre en la asociación que , pese a los los esfuerzos por lograr acercamientos de posiciones, siguen mirándose con cierto recelo. Tal es el caso del ex congresista peruano Carlos Ferrero, quien cuestionó severamente la suscripción de TLC por considerar que dicho mecanismo es inconveniente a los intereses nacionales peruanos.

Ferrero criticó la actitud apresurada de Alan García por firmar el acuerdo comercial, indicando que hasta el momento en Perú no se ha publicado ni mucho menos se conocen las conclusiones alcanzadas con Chile. El ex parlamentario advirtió que la economía peruana estaría semi controlada o a punto de ser dominada por "el país del sur" -como llaman comúnmente a Chile los medios peruanos- e indicó además que Chile en la actualidad desconoce los "derechos" del Perú como el tema de la delimitación marítima y la denominación del pisco, este último tema en el cual Chile ganó el reconocimiento en la denominación de origen en los mercados de Bulgaria, Eslovaquia, Costa Rica, Francia, Hungría, Italia, México, Portugal y República Checa y Estados Unidos, noticia que cayó como cubeta de agua fría en Lima.

Ferrero también aseguró que las inversiones chilenas en Perú están por encima de los cuatro mil millones de dólares y las del Perú en Chile es cien veces menor, "por lo que existe una disparidad". El país no tiene la capacidad para equilibrar ni siquiera la tercera parte de lo que Chile tiene", explicó.

El también ex presidente del Consejo de Ministros durante el gobierno del saliente Alejandro Toledo, consideró que desconocer las diferencias que se tienen con Chile para alcanzar un TLC "es olvidar la historia del Perú y poner delante una cosa inmediatista, apresurada que nadie la conocería".

En un tono similar, también en Chile han surgido opiniones discordantes con la firma del pacto, como la del senador UDI Jaime Orpis, quien señaló que Chile no debe firmar el TLC con Perú "mientras ese país siga insistiendo en modificar la frontera marítima", agregando que el tema limítrofe debe quedar zanjado antes de avanzar en nuevas negociaciones económicas.

Orpis aseguró que debido al inevitable impasse que en algún momento volverá a estallar con Perú por el tema marítimo, no apoyará la ratificación de un convenio de ese tipo en el Senado y afirmó que probablemente no lo harán muchos otros parlamentarios. También condicionó su apoyo a un acuerdo de esa naturaleza a que se establezcan períodos largos de desgravación para productos sensibles para la agricultura chilena, como el tomate.

El temor del parlamentario es que el ingreso masivo de tomate peruano en invierno ponga una lápida a la producción del Valle de Azapa, cuyos cultivos de tomate dan más de tres mil empleos a 2 mil kilómetros de Santiago, en la más septentrional ciudad de Chile: Arica.

(Tomado del artículo del autor en Harry, Argentina)

sábado, agosto 12, 2006

¿NACE UN MERCOSUR CHILENO?

"Chile asigna una alta prioridad a la Asociación con la Comunidad Andina dentro del marco de la integración de la región y especialmente, como plataforma hacia la cuenca del Pacífico", fueron las palabras de la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet luego de los recientes (aunque esperables) acercamientos con los países que integran el pacto regional, entre otros, con el Perú de Alan García, Ecuador (aliado de revés tradicional como contrapeso al norte peruano) y recientemente la Colombia del reelecto Uribe, quien espera pronto calmar la situación interna para lanzarse de lleno a seguir los pasos de Chile en el contexto internacional multilateralista.

Los pasos del nuevo acercamiento con la CAN (de la que Chile fue socio fundador en 1969) se iniciaron precisamente durante las negociaciones de un TLC con Colombia y se acentuaron durante la visita de Bachelet a ese país para la nueva toma de juramento de Alvaro Uribe como presidente. El inicio de este acercamiento era a todas luces previsible, dada la situación en Stand by en la que se encuentra su asociación "estratégica" con la Argentina y los roces diplomáticos por el alza del precios del gas y las naftas para extranjeros en zonas fronterizas de suelo argentino.

Colombia, Bolivia, Ecuador y Perú solicitaron formalmente a Chile que se incorpore como miembro asociado al acuerdo, en un paso que permitiría sumar una de las economías más estables de latinoamérica al más antiguo bloque comercial del hemisferio.

"Es un alto honor dirigirnos (...) para expresarle el vivo interés de los países miembros de la Comunidad Andina para que la hermana República de Chile concrete su expresada aspiración de profundizar su relación con este organismo de integración subregional a través de su incorporación como miembro asociado", declararon los cuatro miembros en una carta dirigida a Bachelet.

La solicitud efectuada a la Mandataria chilena se produce meses después de la intempestiva salida de Venezuela de la CAN, en protesta por las negociaciones de Colombia y Perú para firmar un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

Precisamente este último puede ser uno de los motivos por los cuales puede resultar un tanto más útil, para actuar dentro de la CAN y particularmente con Colombia, como una suerte de contención a la creciente influencia que está ejerciendo Hugo Chávez sobre la región, desplazando a un lugar poco grato al tradicional liderazgo brasileño en Sudamérica.

Si acepta la solicitud Chile, economía que parece seguir siendo la más estable y transparente de América Latina, se uniría a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay como miembro asociado, un paso crucial hacia la formación de un mercado común sudamericano paralelo al Mercosur, o que bien termine por competir directamente con éste, ya bastante mermado, politizado y desacreditado con la "chavización" del más importante bloque regional. Se trata entonces de capitalizar rápida y sagazmente la ruptura venezolana con la CAN como una enorme beneficio político, más que como una pérdida.

Ya varias voces se han manifestado a favor de esta re-inclusión, pensando en que un mercado común sudamericano (quizás paralelo al Mercosur o bien -bajo ciertas precondiciones- en asociación o como parte de éste) diversificaría el intercambio comercial de esta parte del hemisferio, fuertemente inclinado hacia Estados Unidos.

La carta fue firmada por los presidentes de Colombia, Alvaro Uribe; de Perú, Alan García; y de Ecuador, Alfredo Palacio, así como por el vicepresidente de Bolivia, Alvaro García.

Chile se deja conquistar

Valga recordar que Chile abandonó la CAN en 1976, durante el régimen militar de Augusto Pinochet, debido a "incompatibilidades" entre su política económica y las iniciativas "integradoras" del organismo regional, que entonces no se condecían para nada con las profundas reformas neoliberales aplicadas por Chile en su economía -supervisadas in situ por el mismo Milton Friedman- ni mucho menos con la entonces incipiente búsqueda chilena de nuevos y mayores mercados de ultramar, mucho más confiables que las economías vecinas, literlamente acribilladas por las dictaduras regionales que no fueron acompañadas por reformas sistémicas de fondo y que estaban abocadas a la extinción de la guerrilla y la lucha anticomunista sostenida únicamente por el apoyo -a veces expreso y otras solapado- de Washington.

No obstante, en virtud a estos renovados acercamientos, primero con Perú, luego Ecuador y ahora Colombia, el canciller Alejandro Foxley aseguró que Chile está interesado en fortalecer esa integración regional a través de ese subpacto y de la Corporación Andina de Fomento (CAF), el principal fondo común subregional. Foxley señaló que "la presencia de Chile, en el sector andino y la asociación con todos estos países está marchando a toda velocidad, la vamos impulsar con mucha fuerza en las próximas semanas y ya estamos teniendo resultados muy positivos".

El canciller chileno explicó que Bachelet está enviado "un mensaje fuerte en el sentido de que América del Sur tiene un destino muy promisorio si une fuerzas y mira hacia el mercado que más se expande en el mundo, más rápido, más dinámico, más creativo, del Asia".

Foxley confirmó la reunión en privado que tuvo con el presidente de la Corporación Andina de Fomento (CAF), Enrique García. "Nos han invitado a que formemos parte como asociados de la Corporación Andina de Fomento...(y) va a ir una misión de la CAF pronto a Chile".

Quizás por eso es que quien más interés mostró por la eventual incorporación de Chile fue Alan García. Mostrando un explícito interés por el consistente aporte monetario que supuestamente hará el país de la estrella solitaria a la CAF, el mandatario peruano en su versión 2.0 declaró que Chile dará su primer paso en su camino de regreso a la Comunidad Andina (CAN) con el aporte de "cientos de millones de dólares" a la Corporación Andina de Fomento, el brazo financiero del bloque.

Chile "cumplirá el primer paso de su acercamiento y se integrará con un aporte a la Corporación Andina de Fomento (CAF) depositando cientos de millones de dólares en esa corporación andina que pertenece al área nuestra", manifestó García en el Palacio de Gobierno limeño.

La CAF, que financia proyectos públicos y privados de sus accionistas, tiene como principales socios a los países que integran la CAN y otras doce naciones como miembros adherentes.

Mientras tanto y sobre la invitación a formar parte del pacto, el canciller chileno lanzó la posta al altiplano, para que Bolivia se pronuncie a nivel oficial del asunto. "Se tienen que poner de acuerdo todos los países que hoy son miembros de la Comunidad Andina de Naciones, para hacer una invitación conjunta, y particularmente (debe hacerla) el presidente pro tempore, Evo Morales".

Estreno del dilatado TLC con Perú


Foxley también confirmó mientras permanecía en Quito que el 23 y 24 de agosto viajará a Lima para firmar un Tratado de Libre Comercio con Perú, al tiempo que aprovechará la ocasión de informar a las autoridades del recién asumido gobierno de Alan García sobre la disposición de Chile de unirse a la CAN como país asociado.

Anticipándose a ese encuentro es que García dió por hecho la incorporación de Chile y la "cascada de millones" que significa para la CAF contar con un nuevo miembro tan "solvente". El reelecto presidente peruano adelantó también que los ministros de Exteriores se reunirán el 23 y 24 de agosto para definir si se aplica arancel cero al comercio andino-chileno, y la participación chilena en organismos como la Corporación Andina de Fomento.

El secretario general de la CAN, Alfredo Fuentes, destacó la invitación formal que hicieron a Chile para reincorporarse como miembro asociado, y señaló que es un "primer paso" para hacer realidad la aspiración de contar nuevamente con la participación uno de los países fundadores de la CAN.

Al destacar el significado político y económico del reingreso de Chile a la CAN, Fuentes manifestó que no sólo permitirá proyectar un sentido geopolítico de la Comunidad Andina y fortalecer y profundizar la integración subregional, sino que hará posible avanzar más rápidamente en la construcción de la Comunidad Sudamericana de Naciones y proyectarse hacia la región Asia Pacífico, como pretende Chile.

Una vez formalizada la voluntad de las partes de concretar esta asociación y después de la respuesta positiva de Michelle Bachelet, corresponde sólo analizar los detalles de la incorporación en coordinación con ese nuevo Chile promotor del desarrollo latinoamericanista liberal.

¿Se gesta un nuevo bluff sudamericano avalado -una vez más- por ese loco afán de buena voluntad y vecindad de Chile? Para saberlo, bastará sólo con esperar a la pronta aparición de las reivindicaciones territoriales, económicas y políticas de siempre; a una baja en las encuestas de apoyo de cualquiera de los presidentes miembros; o bien, a un cambio de gobierno -y, por ende, de modelo económico- de los que en el Macondo regional son más comunes que un TLC.
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